Adorable Bipolaridad

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#TheRealJuarez

Adorable Bipolaridad

Merodeando por estos rumbos, un buen amigo argentino que andaba viajando por todo el mundo de «aventón» me comentó: »Aquello que te forja una opinión sólida sobre un sitio es su gente». A lo que yo respondí: «Segurísimo. Eso como anillo al dedo en la frontera. Sólo que aquí cambiamos de opinión muy seguido».

Cada temporal que se asoma en Juárez, sobre todo en los meses de Marzo u Octubre, se vuelve un tanto bipolar. La duplicidad con la que el universo nos recuerda que somos frontera es prácticamente palpable en estas temporadas y tan es así que en mi texto lo refleja. Siempre he hecho énfasis sobre la maravillosa versatilidad de nuestra perla fronteriza porque, ya no tanto desde mi propia perspectiva sino de otras visiones que provienen de coordenadas más distantes, la idiosincrasia que hemos forjado es única en el mundo. Siempre interesante e incluso fascinante pero tenemos que ser imparciales y reconocer que aunque las borrascas de balas que atravesaban vientos y civiles ya no son comunes en estos días, es verdad que tampoco se han quedado quietas del todo.

Siempre diré que soy de Juárez. Me siento orgulloso sobre todo por la gente que somos. Nunca lo olvidé y es por eso que tengo muy clara la razón por la cual la gente tiene muy buenas opiniones de Juárez cuando la descubre. Ojo que descubrir es un verbo importante porque no todo mundo descubre y para eso es necesario sumergirse en una cultura o en una sociedad. Por años pertenecí a una organización no gubernamental que me permitía alojar a gente viajera que en su mayoría era extranjera sin cobro alguno. Viviendo en El Paso, fueron incontables las veces que les serví de guía. Intenté darles la experiencia más genuina posible; desde paseos en ruta, comidas tradicionales con mi familia, burros en cualquier puesto, hasta visitas a la equis y «hartetes» de «chuchos» en la Juárez. Sus reacciones y vivencias fueron espectaculares y a donde vayan siempre van a hablar de lo maravillosa que es la gente en la ciudad; siiempre abierta, cálida y sencilla. Habrá sus excepciones pero en general una de las grandes virtudes que tiene el juarense es que es incluyente y muy poco elitista. El verdadero Juárez asoma siempre su cara real, es partidario de ser amigable, no se raja ni en los veranos hostiles ni en los inviernos enmascarados de algún país nórdico. Somos una ciudad muy noble con una gastronomía que aunque no es tan variada, sí que es deliciosa y única. Tenemos historias que esperan ser desnudadas para luego ser arropadas por foráneos curiosos que se lanzan a conocer qué hay más allá del Río Bravo. Somos grandes ingenieros, licenciados, arquitectos, médicos, enfermeros, empresarios, artistas, y entendemos la dualidad entre Estados Unidos y México. No es fácil y es una ventaja que tenemos sobre otras sociedades aunque a veces percibo que no la explotamos. También es importante mencionar que ante las amarguras de antaño nos hemos vuelto más fuertes puesto que no cualquiera soporta tanta pólvora erosionar la piel. Y es aquí cuando el escenario cambia.

Samalayuca

Como comenté en un principio, Ciudad Juárez es un tanto bipolar. Lo dicen las estaciones del año y nos lo recuerdan los acontecimientos diarios. Su generosidad es abundante pero su injusticia es aún mayor. No podemos cegarnos ante los discursos políticos ni ante la inhabilidad de sólo poder ver un ángulo del panorama social. El Juárez real es de todos, sobre todo de aquellos que son mucho menos afortunados, que todos los días ponen en duda su alimento y su seguridad. Los índices de inseguridad han declinado pero cuando uno sufre una herida grave no puede nada más olvidar la fractura emocional y olvidarlo todo. Debe haber consecuencias, y más del 90% de los que han sido víctimas no han sido recompensados de ninguna forma. Prácticamente todos los delincuentes que han ejecutado, asaltado, secuestrado, y violado siguen libres o están muertos. Lamentablemente, Juárez es también un témpano de soledad. Estamos solos. Sin embargo, debemos atrevernos a declarar que lo estamos porque nosotros tampoco hemos participado en la reconstrucción de la epidermis comunitaria. Somos el producto de nuestras propias consecuencias. Es por esto que escuchar al alcalde pedir a la gente que no vea la película de Sicario me suena realmente repulsivo. Menuda petición. Juárez no sólo es pionera de las margaritas, ni escenario tertuliano de leyendas, ni origen de uno de los amores de Pablo Picasso, ni sede de un equipo Bravo, ni cuna de deliciosos burritos, Juárez es también muy corrupto, muy sucio, muy desorganizado, muy pasivo con los intereses realmente prioritarios, y muy activo cuando nos dan una cucharita de champurrado. Hay que decirlo así: pertenecemos a una ciudad donde la justicia es un concepto que ya nadie conoce. Puede ser que no veamos gente muriendo en las calles pero siguen habiendo casos diarios de homicidios, historias trágicas sin comprensión, y aunque eventos como estos suceden en muchas ciudades del mundo, aquí no hay soluciones en el 98% de los casos. Todo queda impune. Seguimos sangrando desde aquellos años. El sufrimiento de esos tiempos dantescos sigue presente. Esto es el Juárez real! Somos diversos, somos lo que fuimos, somos benevolentes, muchas veces derechos y transparentes, trabajadores, sencillos, influenciados por Estados Unidos, no tan tradicionalistas, algo liberales, muy fiesteros, muy norteños, muy alegres, pero también muy desordenados, orgullosos de nuestra ciudad pero mostramos poco sentido de pertenencia, planeamos poco y festejamos mucho, y nos duelen las tragedias pero no actuamos. Así como la bipolaridad de su clima que no cesa de sorprendernos, así es la ambivalencia de la frontera, y esto es lo que ha forjado a seres humanos de corazones infinitos y de generosidad inagotable. Adorable, asombrosa, sorprendente, e irónica como las rosas de nuestro desierto. ¡Esto es Juárez! Un oasis de gente bondadosa remando en tierras espinosas.

Un comentario en “Adorable Bipolaridad

  1. Oye, hace ya casi 3 años de esta publicación, vuelvo a leerlo y me parece muy emotivo leer ya con un poquito más de experiencia viajera que la frontera sigue teniendo esa esencia bipolar adorable y a pesar de todas esas cosas que si pasan y son tragedias también es cierto que hay mucho por lo que amar a esta frontera.

    Te quiero mi Pablo :). Me gusta mucho como escribes.

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